viernes, 27 de agosto de 2010

Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra.

 [...] El crecimiento se hace evidente, las transformaciones y las elecciones quedan expuestas, tanto los aciertos como los errores. Muchos años, muchas maneras, muchos trabajos, y siempre la convicción absoluta de seguir mi camino, de que todo lo que me ha sucedido hasta hoy es consecuencia de mis decisiones. Incluso cuando las cosas no funcionaron como esperaba, entendí que la vida me estaba ofreciendo la oportunidad de pasar por los duros o hermosos aprendizajes que me llevaron hasta donde estoy hoy.

Hubo muchos puntos de inflexión en este tránsito. Varias crisis que me llevaron a replantearme tantas cosas. Muchos momentos de sentir y pensar a fondo en las necesidades artísticas y las personales. Les aseguro que no es fácil sobrellevar la exposición. Sin embargo, todos estos años de trabajo y un profundo amor por lo que hago me dejan la enorme satisfacción de haber sido fiel a mis deseos más profundos, y de haber ido por ellos.
[...] pude entender que perseguir el afecto unánime y no desencantar a nadie, lejos de conectarme con la felicidad, me provocaba un enorme malestar, por no poder unir a esta que hoy escribe con aquella imagen de niña graciosa que encaraba la vida trivialmente.
Muchos hombres y mujeres, en este y otros países, dieron la vida por sus ideales, por no quedarse cómodos, por no estarse callados frente a las injusticias, ni resignarse a que las necesidades de su comunidad permanezcan siempre insatisfechas. 
Pero en estos días algo cambió. Un ataque, con tufo a operación mediática, me dejó tristemente asombrada. Mi apoyo al casamiento igualitario y mi planteo de debatir el proyecto de ley de aborto, subieron el tono de las ya conocidas críticas, para convertirse en amenazas. Contra mi vida y las de mis hijos. Me apenó mucho y me dio rabia tal bajeza. Pero entonces comencé a pensar que no es sólo un cobarde ataque contra mí, sino que estas acciones son para impedir que las ideas e inquietudes que muchos compartimos, dejen de tener un lugar de visibilidad, por miedo al contagio. Por miedo a que más y más personas se vean reflejadas, o comiencen a cuestionar sus propias opiniones, a considerar otros puntos de vista.
[...] Este tipo de intimidaciones no va a lograr que me calle la boca. Por el contrario, siento que estoy parada en el lugar correcto, y que quienes me atacan son los mismos defensores de las atrocidades que por nada del mundo deberían volver a suceder en nuestro país. Esto es lo que pienso, esto es lo que siento, esto es lo que soy. Estemos o no de acuerdo en nuestros pensamientos, la posibilidad debatir respetando al otro sigue siendo el único camino. Por eso, a todas las personas que amamos la libertad les pido: no aflojemos, no nos callemos la boca, no dejemos que nos acallen las sombras del pasado más oscuro. La única lucha que se pierde es la que se abandona.



Florencia Peña 

Raíces


Si para recobrar lo recobrado, 
fue necesario perder lo perdido.Si para conseguir lo conseguido, tuve que soportar lo soportado. Tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado Porque después de todo he comprobado, que no se goza bien de lo gozado, sino después de haberlo padecido. Porque después de todo he comprendido, que lo que el arbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado.